Algunos amigos de Manolo Alcántara, convocados por Pedro Aparicio, se han reunido, a modo de tertulia gastronómica, en la paleña marisquería Godoy.
Todos ellos (notables de la ciudad del paraíso) han querido seguir arropando a este octogenario maestro de la vida, que tras un año 2007 muy duro en lo personal (mucho más duro para su hija Lola, según nos confiesa) afronta una muy buena madurez “El hígado me ha respetado y puedo seguir con el gin tonic. Llámame después de la seis y tomamos una copa”.
Manolo genio y figura.
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